PERSIAN GOLD
175,00 €
Rosa y vainilla especiadas con aire polvoroso elegante. Esta fue la época dorada del apogeo del imperio persa. El palacio del gran rey Darío, Persépolis, fue un ejemplo de buen gusto y lujo. Todo en él estaba decorado con oro, por doquier había costosos brocados y el aire estaba envuelto en la delicada fragancia del incienso. La esposa favorita del rey, la joven Artastún, era de una belleza extraordinaria; vestía una ligera túnica de organza y el lino más fino. Se acariciaba el cabello con vainilla y pachulí. Se rodeaba de flores y siempre se encendían dulces inciensos en sus aposentos. ¡Su majestuosa figura conquistó el corazón del rey! En su honor, Darío ordenó esculpir una estatua de oro puro. Darío el Grande comparó a su amada esposa con una diosa. Artastún se convirtió en el ideal de belleza y símbolo de feminidad. Se ha conservado una tablilla de arcilla con la receta de su fragancia favorita, y tras siglos, los perfumistas reprodujeron esta divina fragancia: ¡el legado dorado de la antigua Persia se conserva ahora en un maravilloso frasco dorado!
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